viernes, 27 de enero de 2012

Meditación del 27 de enero del 2012

VENGA A NOSOTROS TU REINO
12-01-27
Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

VER NOTA al final del texto.

Evangelio (cf. Mateo 6, 9-13 y Lucas 11, 2-4): Padre Nuestro que estás en el Cielo, santificado sea tu nombre; VENGA A NOSOTROS TU REINO; hágase tu voluntad en la tierra como en el Cielo.
Danos hoy nuestro Pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

I.- ENSEÑANZA BREVE:
¿Qué pide la Iglesia cuando suplica “Venga a nosotros tu Reino”?: La Iglesia invoca la venida final del Reino de Dios, mediante el retorno de Cristo en la gloria. Pero la Iglesia ora también para que el Reino de Dios crezca aquí ya desde ahora, gracias a la santificación de los hombres en el Espíritu y al compromiso de éstos al servicio de la justicia y de la paz, según las Bienaventuranzas. Esta petición es el grito del Espíritu y de la Esposa: “Ven, Señor Jesús” (Ap 22, 20). (Compendio de la Iglesia Católica. Nos. 590).

II.- VER - JUZGAR – ORAR - ACTUAR
VER
El hombre confunde la libertad con el libertinaje, por lo que, en nombre de la falsa libertad, pretende no tener trabas para hacer su voluntad e imponer su “reino” no sólo por encima de Dios, sino también sobre los demás, a los que no ve como iguales y mucho menos como hermanos, sino como enemigos u objetos a los que puede manipular, esclavizar o incluso matar. Ejemplos hay muchos, algunos de los más graves en la actualidad son el aborto, los secuestros, la esclavitud, la drogadicción y los asesinatos de la delincuencia organizada. Imponiendo la ley de de la selva, la del más fuerte, a través de la mentira, los súbditos de la mentira, trastocan el sentido de las palabras y usando conceptos ideológicos, imponen el relativismo, rechazan la verdad y fomentan la cultura de la muerte.


JUZGAR
El Reino de Dios se sustenta en la Verdad. “La verdad les hará libres” (Jn 8, 32) ha dicho Jesús y Él mismo se ha presentado como Camino, Verdad y Vida (Jn 14,6), pues siendo. Verdadero Dios y verdadero hombre, nos revela Quién es Dios y quién es el hombre, para que conociendo ambas caras de la Verdad podamos conocer nuestro origen y final y con ello el sentido de nuestra existencia.
Dios no es una cosa, ni una energía, es persona. Dios no es soledad, es Uno y Trino, es comunidad de amor. Dios es amor y nos ha creado por amor, por lo que el ser humano se realiza cuando ama y construye la comunidad. Dios es amor y su amor es eterno e incondicional, no como el amor humano, por lo que, aunque nos alejamos de Dios, su amor nunca se aparta de nosotros. La grandeza del amor de Dios se manifiesta en el hecho de que habiéndonos separado de Él, Él sale a nuestro encuentro (cf. Rm 5,8) enviándonos a su Hijo, como expresión de cuanto nos ama (Jn 3, 16), de que nos perdona y nos ofrece Vida Nueva y Eterna (Jn 10,10). Así en Dios, el hombre sabe que ha sido creado para ser feliz y para alcanzar la Vida Eterna, por lo que sus relaciones son auténticas y plenas cuando las funda en el amor de Dios y así se esfuerza porque Cristo Reine (I Cor 15,25).
Dios, en cuanto Creador amoroso, es garante de la justicia, por lo mismo, nuestro primer deber de justicia es amar a Dios por encima de nosotros mismos, de los demás y de cualquier cosa, para que, desde Él, nos amemos a nosotros mismos, a nuestro prójimo y hagamos recto uso de la creación. Así, siendo libres en el amor de Dios, podamos vivir en libertad, sin opresión alguna, especialmente de la que proviene de la mentira del pecado y de sus consecuencias.
La Verdad nos hace libres (Jn 8, 32) y la Verdad es Jesús, Quien nos sitúa en nuestra condición de creaturas amadas por Dios, por lo que el amor de Dios es la base en la que se ha de sustentar toda relación humana.
Nuestra capacidad de amar en Dios, nos hace libres, porque nos alienta a procurar nuestro pleno desarrollo humano, que se traduce en felicidad, por buscar el amor de Dios, hacer su voluntad y amar a nuestro Creador en nuestros hermanos. El amor a Dios se traduce en servicio al prójimo, el servicio nos llena a desarrollar nuestras capacidades al máximo y esto nos da felicidad. Por eso el servicio es camino de santidad. El amor, junto con la fe y la esperanza, es parte del trípode que lleva a la santidad.
Bienaventurados los perseguidos a causa de hacer el bien, porque su acción hace que el Reino de Dios esté entre los hombres (Mt 5,10).
Pedir que venga a nosotros el Reino de Dios, es declararlo nuestro Rey y Señor, así, siendo Él mi Rey, yo he de esforzarme en trabajar para que Él reine en mí y en medio de los hombres, se establezca su Reino de Verdad, de Justicia, de Amor y de Paz.

ORAR
Padre, sé Tú mi Rey y concédeme trabajar eficazmente para que tu Reino se establezca en mi corazón, en mi familia, en mi Patria y en el mundo entero. Amén.

ACTUAR
Reconociendo que Dios es mi Rey, me esforzaré en conocer y hacer su voluntad, la cual quiere que yo sea feliz y haga felices a los que me rodean. Siendo la felicidad sinónimo de santidad, esforzarme en ser santo, me ayudará a ser más feliz cada día, desarrollando al máximo mis cualidades, poniéndolas al servicio de los demás y todo para gloria de Dios.
Como hijo de Dios, dejaré que Él reine sobre mi persona, sobre mis sentimientos, sobre mis resentimientos, odios y sobre mi pecado. Procuraré también, que su reinado sea sobre mis seres queridos, sobre mis cosas, sobre mis actividades. Siendo Dios, el Rey de todo mi ser, de todo mi haber, de todo mi hacer y de todo mi poder, yo me declaro súbdito suyo y, le pido que ilumine mi entendimiento y fortalezca mi voluntad, para que en todo pueda amarlo y servirlo en los demás.
Hoy, de manera más consciente rezaré el Padre Nuestro, reflexionando especialmente las palabras “VENGA A NOSOTROS TU REINO” y procuraré escribir lo que significan para mí. Si es posible compartiré mi reflexión con Mons. Pedro Agustín.

NOTA: Seguimos meditando el Evangelio, según el esquema de la Lectio Divina (Leer, meditar, orar, contemplar y actuar), presentando: un texto bíblico, un ver, un juzgar, un orar y un actuar. En las meditaciones de estos días tomamos como referencia la Oración del Padre Nuestro, desmenuzando las ideas que nos presenta, para una mejor comprensión y vivencia de las enseñanzas de Jesús, para estar en sintonía con Él, tener sus mismos intereses y ser santos en adoración al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, pues la Oración del Padre nuestro es “el resumen de todo el Evangelio” (Tertuliano) y “la más perfecta de todas las oraciones” (Santo Tomás de Aquino).

Para hacer llegar algún comentario, puedes escribir a evangelizarorando@yahoo.com.mx

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