miércoles, 9 de noviembre de 2011

Papa Benedicto XVI invita a meditar la palabra de Dios de día y de noche

En la audiencia general del miércoles 9 de noviembre, el Papa Benedicto XVI meditó sobre el salmo 118 (119) y explicó que la ley de Dios, su Palabra, no constituye en lo absoluto esclavitud para el hombre sino que es un don que nos lleva a un encuentro con Él.

Al inicio de su mensaje, el Pontífice explicó que este salmo es uno de los más extensos ya que consta de 176 versículos y 22 estrofas, escrito como un "acróstico alfabético" que usa todas las letras del alfabeto hebraico. En su contenido se haya un canto solemne sobre la ley de Dios, "que interpela al hombre e impulsa su respuesta de obediencia confiada y de amor generoso".

Luego, el Vicario de Cristo agregó que "este Salmo está impregnado de tal modo del amor hacia la Palabra de Dios, que celebra su belleza, su fuerza salvífica, su capacidad de donar alegría y vida. Porque la Ley divina no es yugo pesado de esclavitud, sino don de gracia que hace libres y conduce a la felicidad".

"La Ley del Señor, su Palabra, es el centro de la vida del orante; en ella él encuentra consuelo, en ella medita, la conserva en su corazón: ‘Conservo tu palabra en mi corazón, para no pecar contra ti’, éste es el secreto de la felicidad del Salmista; que dice también: ‘Los orgullosos traman engaños contra mí. Pero yo con todo el corazón custodio tus preceptos’", indicó.

Respecto a la figura de María, el Santo Padre recordó que "es la Virgen María la que lleva a cumplimiento la perfecta figura del creyente, que describe el salmista. Es Ella la verdadera ‘feliz’, como proclama Isabel ‘por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor’, y es a Ella y a su fe que el mismo Jesús rinde testimonio".

Benedicto XVI subrayó que la ley divina es fuente de vida y que “el anhelo de comprenderla, de observarla, de orientar hacia ella todo su propio ser es la característica del hombre justo y fiel al Señor, que la ‘medita día y noche’, come reza el Salmo 1". Además explicó que "la ley de Dios es una ley que se debe conservar en el corazón, como dice el célebre texto del Shemá en el Deuteronomio: Escucha, Israel. Estos preceptos que yo te doy, grábalos en tu corazón. Incúlcalos en tus hijos, háblales de ellos cuando estés en tu casa, cuando vayas de viaje, al acostarte y al levantarte".

"Cuando se le pregunta qué hay que hacer para alcanzar la vida eterna, Jesús señala el camino de la observancia de la Ley, pero indicando cómo hacer para llevarla a su cumplimiento: ‘Sólo te falta una cosa: ve, vende lo que tienes y dalo a los pobres; así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme’. El cumplimiento de la Ley es seguir a Jesús, ir por el camino de Jesús, en compañía de Jesús", expresó.

Al final de su reflexión, insistió en la actualidad de este texto que, no sólo se dirige a los sacerdotes, sino también a los fieles "pueblo de Dios que pertenece solo a Él, ‘reino de sacerdotes’ para el Señor, llamados a la radicalidad del Evangelio, testigos de la vida traída por el Cristo, nuevo y definitivo ‘Sumo Sacerdote’ que se ofreció como sacrificio para la salvación del mundo”.

"Dejemos pues que el Señor introduzca en nuestro corazón este amor por su Palabra, y nos done al centro de nuestra existencia a Él y su santa voluntad. Pidamos que nuestra oración y toda nuestra vida sean iluminadas por la Palabra de Dios, lámpara para nuestros pasos y luz de nuestro camino, como dice el Salmo 119, de forma que nuestro camino sea seguro en la tierra de los hombres", concluyó el Papa.

Meditación del 9 de Noviembre del 2011

11-11-09. Dedicación de la Basílica de Letrán

TU BELLEZA INTERIOR

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

Evangelio: Juan 2, 13-22: Como ya se acercaba la fiesta de la pascua de los judíos, Jesús fue a Jerusalén. En el templo se encontró con los vendedores de bueyes, ovejas y palomas; también a los cambistas de dinero con sus mesas. Al ver aquello, Jesús hizo un látigo de cordeles y los echó del templo a todos, con sus ovejas y bueyes; volcó las mesas de los cambistas y les tiró al suelo las monedas; y a los vendedores de palomas les dijo: «Quiten esto de aquí: no conviertan en un mercado la casa de mi Padre». En ese momento sus discípulos recordaron las palabras de la Escritura: El celo por tu casa me devora. Intervinieron los judíos y le preguntaron: «¿Qué señal nos das como prueba de tu autoridad para actuar así?» Jesús respondió: «Destruyan este templo, y en tres días yo lo levantaré de nuevo». Replicaron los judíos: «Cuarenta y seis años se ha llevado la construcción del templo, ¿y piensas tú reconstruirlo en tres días?» Pero el templo del que Jesús hablaba era su propio cuerpo. Por eso, cuando resucitó Jesús de entre los muertos, recordaron sus discípulos lo que había dicho, y creyeron en la Escritura y en las palabras que él había pronunciado.

I.- ENSEÑANZA BREVE: En una fiesta un hombre me comentaba: “Ve aquella señora vieja, canosa y llena de arrugas, fue muy bella y yo la quiero mucho. Es mi esposa y madre de mis hijos. Los años, físicamente, la han dejado así, porque nos ha amado y se ha dado por nosotros, pero el mismo tiempo ha embellecido su alma, la cual podemos ver a través de su mirada, de su sonrisa y de su ternura, que cada día se acrecienta más; en particular cuando hace oración y nos habla de Dios”.

Seguramente que tú también conoces a muchos “viejitos” y “viejitas” que “arrugaditos”, como la Madre Teresa de Calcuta, te hablan de Dios. Hay memoria de ellos y agradécele a Dios por tantas personas buenas que ha puesto en tu camino y pídele que tú también, desde tu juventud o los años que tengas, manifiestes la bondad de Dios que hay en tu corazón.

II.- VER - JUZGAR  -ACTUAR
VER
Hay quienes, en su afán de parecer “originales” manifiestan la poca aceptación que se tienen a sí mismos y son capaces hasta de dañar su salud, ponerse al borde de la tumba e incluso morir, con tal de modificar su cuerpo, cambiar su personalidad o dejar de parecer humanos. Ahí tenemos a los darketos, los que practican el “pirsin” (del inglés piercing), los que se tatúan todo el cuerpo, quienes se hacen exageradas cirugías estéticas o incluso, se hacen operaciones de “cambio de sexo”.
Algunas personas, jóvenes o adultas, caen en el consumismo farmacológico, médico y quirúrgico, obsesionados con la belleza, la cual llegan a considerar como indispensable para ser dignas de ser amadas, sin darse cuenta que este exagerado culto al cuerpo es más, una expresión de su alma carente de amor, que de un defecto físico.

JUZGAR
Ciertamente hay operaciones estéticas que son necesarias, como el caso de las personas que han sufrido quemaduras en su cuerpo o que nacieron con algún defecto físico o lo tienen a causa de un accidente.
También hay que reconocer que es válido buscar la mejora estética, cuando una intervención quirúrgica reporta un bien mayor a la persona, incluso un sentirse mejor.
Lo que éticamente pudiera ser ilícito dentro de la cirugía plástica estética, no habría que buscarlo en el deseo de parecer más joven y más atractivo, sino en la obsesión de considerar indispensable ser físicamente bellos para poder llegar a ser dignos de ser amados.
Jesús hace una referencia al templo y a su Cuerpo. Esto nos permite reconocer que cada uno de nosotros somos templos vivos de Dios.
Dado que lo propio del ser humano es la unidad del cuerpo y del alma, debemos saber poner atención a los dos. Tenemos que ser responsables con nuestro cuerpo y debemos cuidarlo, pero también debemos ser conscientes de que tenemos alma y debemos cuidarla y también embellecerla.
¿Cómo cuidar y embellecer nuestro cuerpo? Con hábitos sanos: ejercicio, buena alimentación, descanso, dormir bien, etc.
¿Cómo cuidar y embellecer nuestra alma? Con buenos hábitos como la oración, la participación en la Misa y en el sacramento de la Confesión, las buenas obras, el estudio, las buenas lecturas, etc.
Al paso de los años el cuerpo se debilita, el alma se robustece. Al llegar la muerte, el cuerpo se desmorona, el alma llega a la eternidad. ¿A cuál le pongo más atención? ¿A cuál debería ponerle más atención? Mientras viva, a los dos. El sano equilibrio es necesario, pero quizá deba reconocer que le debo muchos años de atención a mi alma y mientras tenga vida, aún tengo tiempo de recuperarlo. Sin descuidar mi cuerpo, puedo acrecentar la belleza de mi alma.
ORAR
Gracias Señor, por la vida que me has dado, gracias porque me has regalado un cuerpo y un alma que debo dirigir a Ti. Perdona lo descuidado que he sido con mi cuerpo, perdóname aún más, por no haber cuidado que mi alma creciera más. Pero ya que me sigues dando la oportunidad de vivir, procuraré lo más pronto posible hacerme la cirugía plástica del alma, yendo a confesarme, hacer diariamente, por la mañana y, si es posible también por la noche, la caminata de la oración, las pesas de las buenas obras y sobretodo procurar el mejor complemento nutricional que es la recepción frecuente de tu Cuerpo y de tu Sangre. Recuerda: el ejercicio es más placentero y eficaz si lo haces acompañado, por eso, ve a Misa los domingos acompañado de tu familia y amigos e inscríbete en algún grupo parroquial y misionero.
ACTUAR
Hoy mismo pondré en práctica la rutina para fortalecer el alma.

Para hacer llegar algún comentario, puedes escribir a evangelizarorando@yahoo.com.mx

“Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero”. M. María Inés Teresa (Beatificación 21-abril-2012)

BREVIARIO CULTURAL. Cuatro son las llamadas Basílicas Mayores y están en Roma: “San Juan de Letrán”, “San Pedro”, “San Pablo” y “Santa María la Mayor”. La principal de ellas es “San Juan de Letrán”, por ser la más antigua y por ser la Sede del primado de todos los obispos: el Papa. Tiene el título honorífico de «Omnium urbis et orbis ecclesiarum mater et caput» (madre y cabeza de toda las iglesias de la ciudad de Roma y de toda la tierra). Dedicada a Cristo Salvador, es más conocida con el nombre de san Juan porque tanto Juan Evangelista como Juan Bautista indicaron al Salvador. Este edificio, que fue adaptado para templo fue donado por el Emperador Constantino I, quien, después de tres siglos de persecución, reconoce como religión oficial al catolicismo. La Basílica fue consagrada en el año 324 por el Papa San Silvestre.

Cardenal Rivera: "valorar la vida y llenarla de contenido y de realizaciones, significa vivir en plenitud el tiempo que se nos ha concedido"

En la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, el cardenal Norberto Rivera Carrera recordó durante la misa del mediodía del pasado 6 de noviembre, que la gente teme llegar al 2012, debido a la supuesta profecía maya que indica el fin del mundo para el próximo año.

Seguidamente, el Arzobispo Primado de México señaló que la “única profecía segura es la de Jesús: "Nadie sabe ni el día ni la hora, sino sólo el Padre". Y la consecuencia de esa incertidumbre no debe ser vivir como si nunca fuera a llegar el final y mucho menos vivir llenos de angustia, sino vivir en plenitud y vigilantes como si el final pudiera llegar en cualquier instante”. De ésta manera, exhortó a los fieles, según lo indican las Escrituras, a velar y a estar preparados para la llegada de ese momento.

Más adelante explicó que “con la parábola de las diez vírgenes que salen al encuentro del esposo, Jesús ha querido describir la actitud de sus discípulos en el mundo y el significado mismo de su paso por esta vida. El Señor ha querido ayudarnos a responder la eterna e inquietante pregunta ¿Hacia dónde caminamos?”.

Luego añadió que estas mujeres representan a la humanidad y lo importante que es saber esperar, pues “como cristianos estamos seguros que tarde o temprano nos encontraremos con la realidad de la muerte y que este acontecimiento, que en un primer momento nos parece trágico, es un acontecimiento que puede iluminar nuestro caminar. El saber esperar no es una actitud pasiva o un dejar que pase el tiempo simplemente, como el siervo que enterró el talento recibido esperando el regreso del patrón”.

El Prelado prosiguió su mensaje, argumentando que “para las vírgenes de la parábola la espera está llena de dos preocupaciones: el tener las lámparas encendidas y el estar preparadas para salir al encuentro del esposo, que traducido a nuestro lenguaje significa: vigilancia y fidelidad”. Éstas son dos características necesarias en la vida del cristiano, dado que no sabemos en qué momento moriremos.

A su vez, el Arzobispo insistió que esto no nos debe a llevar a pensar día y noche en la muerte, sino que, por el contrario, debe ser una invitación a “valorar la vida y llenarla de contenido y de realizaciones, significa vivir en plenitud el tiempo que se nos ha concedido. La lámpara encendida significa la fe que se alimenta con buenas obras, o como dice San Pablo, "la fe que se hace activa en la caridad"”.

“La vida del cristiano debe estar orientada entre la espera y la esperanza de la vuelta de Cristo Esposo que viene a celebrar las bodas definitivas y eternas con su Iglesia y con cada uno de nosotros”, comentó el Prelado, para después concluir que hay que estar atentos para no quedarnos fuera del banquete y que la preparación del católico se da “en cada una de nuestras celebraciones eucarísticas cuando decimos: "Dichosos los invitados a la cena del Señor".