lunes, 26 de septiembre de 2011

Cientos de personas se manifiestan en defensa de la vida

México, D. F., 25 de septiembre de 2011.- Diversas organizaciones de la sociedad civil, bajo el nombre “Coalición Vida”, se dieron cita en el Monumento a la Madre para manifestar su amor, aprecio y respeto a la vida de los seres humanos concebidos en el vientre materno.

Con el lema “Si quieres la paz, defiende la vida”, en punto de las 10:00 hrs., alrededor de 500 personas de diferentes partes de México, entre las que destacaban niños pequeños y mujeres embarazadas, comenzaron a llegar al lugar con pancartas que contenían leyendas a favor de la vida de los no nacidos.

La reunión fue motivada principalmente, porque los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, sesionarán en pleno, el día de mañana, la propuesta de ley presentada por el Ministro Fernando Franco, en la que se pretende derogar la protección a la vida de los mexicanos desde la concepción, en las constituciones de Baja California y San Luis Potosí, dos de los 18 Estados de la República que han blindado la vida en el vientre materno.

En el acto que duró dos horas, hubo varios pronunciamientos, así como los  testimonios de una madre, y una mujer que abortó, en los que se exigió a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, velar por que las leyes sean justas para todos y reconozca que respetando y protegiendo la vida de todo mexicano nacido y concebido, protegen además a la mujer y a la familia y fortalecen el entramado social.

La Dra. Pilar Calva, quien es Genetista y Bioeticista, dijo que al no reconocer la dignidad del ser humano concebido,  “los embriones se cosifican, se convierten en objetos que pueden utilizarse, en el tema del aborto se pueden desechar seres humanos que ya existen. También se pone en fuerte riesgo el embrión en algunas técnicas de reproducción asistida o artificial en las cuales se fabrican embriones, después se seleccionan por sus características biológicas, otros morirán en este proceso y otros se congelarán, con peligro de quedar abandonados, suspendidos en el tiempo, todos ellos, seres humanos. La ciencia, la medicina y las leyes deben estar al servicio de las personas y nunca deben servirse de un ser humano sin importar su edad, ni si está fuera o dentro del vientre materno. No se adquieren los derechos humanos por el hecho de nacer, sino que se posee el derecho a nacer por el hecho de ser una persona”.

A esta convocatoria, también se unieron distintos credos religiosos, por lo que en su intervención, el Obispo Eduardo Rangel, del Comité de Iglesias Cristianas de México, dijo que ese día también rendían un tributo a las mamás mexicanas y a todas las futuras mamás de México, “Por esto mismo nos manifestamos a favor de que se proteja la vida del no nacido, porque así se protege a la mujer que lo engendra. Los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, tienen en sus manos una decisión histórica si se respeta la voluntad de la mayoría del pueblo mexicano, que por medio de sus legisladores, han querido proteger la vida desde la concepción. Estamos convencidos de que el aborto es un asesinato, porque le quita la vida al ser humano más indefenso, ya que el niño deseoso de nacer, no tiene la mínima oportunidad de defenderse. Pedimos al Estado que cumpla con su obligación de proteger la vida, de proteger a la mujer embarazada que está en pleno desamparo”.

En la última intervención, el sacerdote católico, Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz, quien asistió como un ciudadano mexicano, dijo que es importante que no deslindemos la fe del aspecto de nuestra nacionalidad “Los católicos también somos mexicanos, los católicos también tenemos derecho a expresar nuestras opiniones, en ocasiones no sólo se pretende eliminar el derecho a la vida, también a la libertad de la expresión religiosa. Hoy nos hemos reunido aquí para manifestar que queremos la paz, que defendemos la vida de todo mexicano. La paz es propiciada por un Estado sustentado firmemente en el derecho, y por ende, en la justicia para todos. La paz no solamente es ausencia de guerra, sobre todo es una expresión de la sociedad, en donde quienes la integran, se ven con respeto y procuran la solidaridad mutua, buscando el desarrollo de todos. Esta defensa de la vida, no nos pone en contraposición de quienes piensan o actúan de manera diversa a nosotros, para ello hacemos un atento llamado a la reflexión y al diálogo sincero y abierto para buscar el bien común”.

“Por razones naturales, siempre deberá ser protegido por el Estado de Derecho y por las leyes que de él dimanan, la persona más débil. De otra forma, el Estado contradice el sentido de su existencia y propicia el desorden que institucionaliza la injusticia como sucedió con los regímenes nazis. Las instancias jurídicas y legislativas deben tener el compromiso por la justicia y deben ser garantes de ella para propiciar la paz”.



Así, desde este Monumento a la Madre, que tiene una placa que dice “A la que nos amó antes de conocernos”, invitaron a que el día de mañana, hicieran presencia ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para manifestar su rechazo al no respeto de la soberanía de los Estados y el no respeto a la vida de todo ser humano. La cita se hizo para estar en Pino Suárez No. 2, a las 10:00 de la mañana.

Meditación del 27 de septiembre del 2011

11-09-27. MARTES XXVI
Lc 9, 51-56.

HAZME UN INSTRUMENTO DE TU PAZ

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

VER
Cuando nos sentimos rechazados o atacados por otros, nuestra primera reacción es defendernos e incluso, si es posible propiciar más daño del que se nos podría haber producido, para manifestar que somos más poderosos.
JUZGAR
El Señor Jesucristo, aun en vida, no fue bien recibido por todos. Ante esta situación, sus discípulos pretenden manifestar poder, destruyéndolos con “fuego bajado del cielo”. Jesús les reprende, porque ese no es el proceder que predica, sino el de la paciencia, el perdón y el amor.
ACTUAR
Revisaré mi proceder para reflexionar sobre cómo reacciono cuando me siento agredido u ofendido y procuraré actuar en conformidad con las enseñanzas de Jesucristo.

Evangelio: Lucas 9, 51-56: Cuando ya se acercaba el tiempo en que tenía que salir de este mundo, Jesús tomó la firme determinación de emprender el viaje a Jerusalén. Envió mensajeros por delante y ellos fueron a una aldea de Samaria para conseguirle alojamiento; pero los samaritanos no quisieron recibirlo, porque supieron que iba a Jerusalén. Ante esta negativa, sus discípulos Santiago y Juan le preguntaron: «Señor, ¿quieres que hagamos bajar fuego del cielo para que acabe con ellos?» Pero Jesús se volvió hacia ellos y los reprendió. Después se fueron a otra aldea.

LEER. Jesús es rechazado por una población que no lo quiere recibir, dos de sus discípulos, que después serán sus apóstoles y que son conocidos como “los hijos del trueno”, quizá por su espíritu belicoso, porque andan con Jesús, le preguntan a Jesús que si Él quiere que “hagan bajar fuego del cielo para que acabe con los habitantes de esa población. Jesús les reprende y van a otra población.

MEDITAR: Jesús muestra su capacidad de amar y de adaptarse a las circunstancias. Él no impone su presencia a nadie, si alguien no lo recibe, no se da por ofendido, simplemente busca otra opción, en este caso, irá a otra población. ¿De forma similar actúas tú cuando alguien te rechaza?

En ocasiones, podemos aguantar que nos insulten, pero que no nos hablen mal de Dios, de Jesús, de la Virgen, de la Iglesia o cualquier otro tema referente a la religión, porque inmediatamente nos sale el ser “hijos del trueno”, para atacar e insultar y si es posible destruir al otro y todo “en defensa de nuestra fe”. ¿Este tipo de comportamiento lo aprobaría Jesús? Según el texto que acabamos de leer, la respuesta es no.
No significa que nos tengamos que quedar callados, pero sí que demos testimonio de paciencia. Que en lugar de responder agresivamente o enojados (recuerda el que se enoja pierde), respondamos con razones y no con agresiones. Que respondamos con el perdón y no con insultos.

El poder que Jesús aporta a los discípulos no es “el trueno”, las armas, los insultos, la violencia, sino el de la verdad, de la justicia, del diálogo, del perdón, del amor.

Jesús reprende hoy a sus discípulos, con el tiempo serán sus apóstoles, predicarán el Evangelio, serán rechazados y perseguidos, y habiendo aprendido la lección, ya no pretenderán hacer “caer fuego del cielo” sino que con su vida darán testimonio del perdón y del amor de Dios.

ORAR: Señor, Jesús, perdóname por todas las veces que incluso en tu nombre he maltratado a mis hermanos. Dame tu amor y tu paciencia para entender que responder con mal al mal, con odio al odio y a la violencia con violencia, no es ser diferente a los demás ni mucho menos cristiano. Derrama tu Espíritu en mi corazón para que perdone y ante toda agresión, más que responder primariamente guiado por mis impulsos, sea tu paz la que guíe mis palabras y mis acciones para restablecer la verdad y la justicia en toda relación fracturada por el padre de la mentira.

CONTEMPLAR: Revisaré mi forma de proceder ante quienes me agraden o persiguen: ¿les guardo odio para siempre?, ¿les respondo de igual manera o con mayor agresividad? ¿me “la guardo” para cuando pueda vengarme?

ACTUAR: Procuraré ser más mensurado en la expresión de mis ideas y en lugar de provocar o caer en provocaciones, procuraré sembrar la paz de Dios en los ambientes donde desarrollo mi vida. “Hazme un instrumento de tu paz, donde haya odio lleve yo tu paz, donde haya odio, lleve yo tu amor, donde haya injuria tu perdón Señor. Hazme un instrumento de tu paz” San Francisco.

Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero. Madre María Inés Teresa Arias.

Si deseas hacerme llegar algún comentario sobre este artículo, puedes escribirme a evangelizarorando@yahoo.com.mx

Seguimos el esquema de la Lectio Divina: Leer, meditar, orar, contemplar y actuar.
Leer, es escuchar la Palabra de Dios y ponerla en contexto.
Meditar es reflexionar sobre lo que el texto bíblico me dice.
Orar: Es responder a la Palabra, qué le digo a Dios: es petición, intercesión, agradecimiento, alabanza, etc.
Contemplar el reto de llegar a la conversión de la mente, del corazón y de la vida, según el Corazón de Cristo.
Actuar, es mi compromiso por hacer vida la Palabra de Dios.


Meditación del 26 de septiembre del 2011

11-09-26. Lunes XXVI
Lc 9,46-50.

TODO PARA LA GLORIA DE DIOS

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

VER
Parecería que en el corazón del hombre está el deseo de sobresalir sobre los demás.
JUZGAR
Jesús nos invita a ser libres, a actuar con libertad, por y con el gusto de hacer el bien y no por un “reconocimiento”, “premio” o “recompensa”. Hacerlo de otra manera nos debilita y cansa porque nos “frustra” si no alcanzamos lo que queremos o nos lleva al “abatimiento” si somos criticados. Actuar en libertad nos lleva a valorar al otro e incluso promover su desarrollo y el bien común, de otra manera se genera la envidia y la división al ver al otro como un competidor. La mayor libertad la alcanzamos cuando todo lo hacemos por amor a Dios, para su mayor Gloria. Así si tenemos éxito es para su Gloria y si no alcanzamos la meta deseada, nos critican o incluso nos agreden por el bien realizado, todo lo ofrecemos también para la Gloria de Dios.
ACTUAR
Hoy procuraré me esforzaré por actuar en libertad y para Gloria de Dios. Me esforzaré en servir a mis hermanos sin esperar recompensa alguna y procuraré el crecimiento del “otro”. Actuaré en todo, sin buscar ningún provecho personal. Todo para Gloria de Dios.

Evangelio: Lucas 9, 46-50: Un día, surgió entre los discípulos una discusión sobre quién era el más grande de ellos. Dándose cuenta Jesús de los que estaban discutiendo, tomó a un niño, lo puso junto a sí y les dijo: «El que reciba a este niño en mi nombre, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe también al que me ha enviado. En realidad el más pequeño entre todos ustedes, ése el él más grande». Entonces, Juan le dijo: «Maestro, vimos a uno que estaba expulsando a los demonios en tu nombre; pero se lo prohibimos, porque no anda con nosotros». Pero Jesús respondió: «No se lo prohíban, pues el que no está contra ustedes, está en favor de ustedes».

LEER. Jesús, ante las “fallas”, errores”, “limitaciones”, “envidias” y “mezquindades” de sus discípulos, no los regaña, ni los rechaza o los aparta de su lado. Los ama, les tiene paciencia y les instruye porque sabe que todavía falta que crezcan en el amor y en la libertad para dar lo mejor de sí mismos. Hoy les enseña sobre la libertad en el actuar, la alegría en el servicio con y por el amor a Dios y como, aún, los más pequeños, son amados por Él y nuestro Padre Dios, pues Ellos no hacen distinción de personas por lo que tienen o aparentan, sino por lo que somos: Hijos del Padre, redimidos por Jesucristo, templos del Espíritu Santo.

MEDITAR: En muchos de nuestros ambientes, incluso en el seno familiar, nos dejamos condicionar por valores que no son cristianos. Como nos acostumbramos a ellos, porque nos rodean y están presentes en los estilos de vida de quienes no conocen a Dios, pensamos que seguir a Jesús es “no exagerar”, pero si conservar algo o mucho de envidia, de espíritu de competencia, de crítica hacia los demás, de menospreciar al que consideramos menos o inferior a nosotros, etc. Actitudes como estas las justificamos quizá sin darnos cuenta que ellas manifiestan “las esclavitudes” que nos oprimen y no nos dejan ser felices, pues incluso son manifestación de nuestra baja autoestima.

Para “autoengañarnos” y pretender engañar a los demás” nos justificamos diciendo que “eso mismo hacen todos”, que “así somos”, que “no somos santos”. Lo que realmente deberíamos pensar es que si conocemos a Cristo, no podemos seguir los condicionamientos que oprimen a la mayoría de las personas, aunque no se den cuenta e incluso las disfruten. Quienes hemos conocido a Cristo, sabemos que Él murió en la Cruz para liberarnos, de toda esclavitud, para que auténticamente seamos libres, podamos amar y seamos felices.

San Ignacio de Loyola dejó a los jesuitas la consigna “Ad maiorem Dei gloriam” que se abrevia “AMDG” y que significa “Todo para la mayor Gloria de Dios”, expresión que la sabiduría popular se expresa con el dicho: “haz el bien sin mirar a quien”. Entre estas dos expresiones, yo me quedo con la primera. Para ser plenamente feliz ¿con cuál te quedas tú?

ORAR: Señor, renuévame, haz que entre en mi corazón y con el deseo de ser feliz, reconociendo mis errores y faltas, deje que el amor me sane y en lugar de criticar a mis hermanos, aprenda a señalar sus cualidades, que aprenda a servir de manera desinteresada, de tal manera que mi gozo sea el hacer el mayor bien posible y que independientemente del reconocimiento o rechazo que pudiera recibir, mi alegría sea el hacer todo por amor a Ti y para mayor Gloria de Dios.

CONTEMPLAR: Revisaré mi vida y las ocasiones en que, he realizado las cosas en búsqueda de un bien personal o para quedar bien. Revisaré los sentimientos que me ha generado no recibir la recompensa esperada o en lugar de felicitaciones haber recibido críticas o regaños.

Reconoceré que al no actuar con libertad y si, con intereses particulares, me ha generado inseguridad y temor, incluso envidia, cuando a “otro” se le ha reconocido más que a mí o en lugar de mí.
Hoy me esforzaré en vivir cristianamente, buscando hacer todo para Gloria de Dios.

ACTUAR: Le pediré a Dios la Gracia de actuar sin esperar recompensa alguna, poniendo en ello mi amor, procurando en todo la mayor Gloria de Dios.

Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero. Madre María Inés Teresa Arias.

Si deseas hacerme llegar algún comentario sobre este artículo, puedes escribirme a evangelizarorando@yahoo.com.mx

Seguimos el esquema de la Lectio Divina: Leer, meditar, orar, contemplar y actuar.
Leer, es escuchar la Palabra de Dios y ponerla en contexto.
Meditar es reflexionar sobre lo que el texto bíblico me dice.
Orar: Es responder a la Palabra, qué le digo a Dios: es petición, intercesión, agradecimiento, alabanza, etc.
Contemplar el reto de llegar a la conversión de la mente, del corazón y de la vida, según el Corazón de Cristo.
Actuar, es mi compromiso por hacer vida la Palabra de Dios.


Meditación del 25 de septiembre del 2011

11-09-25. Domingo XXVI
Mt 21,28-32.

CONSCIENTEMENTE CATÓLICO

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

VER
El texto nos invita a ser católicos auténticos y no sólo de pose. Políticos, artistas y mucha gente por la calle se dice católica, pero no se comporta como tal. ¿Seré uno de ellos?
JUZGAR
La gran mayoría de los mexicanos nos reconocemos católicos, pero la fe no se manifiesta en la vida diaria. No me refiero sólo a que si va a Misa, se confiesa o comulga. Los valores del cristianismo como no mentirás, no robarás, no matarás, y otros más, cada vez están más lejos de su vida diaria. ¿Seré uno de ellos? Signo de inconsistencia en la fe, son los asesinatos y delitos que diariamente ocurren.
ACTUAR
El hombre y la mujer coherentes con su fe no sólo son felices y hacen el bien a su alrededor sino que alcanzan la Vida Eterna. ¿Seré uno de ellos? México necesita muchos de estos hombres y mujeres. México necesita de ti, católico consciente y comprometido de tu fe.

Evangelio: Mateo 21, 28-32: ¿Qué opinan ustedes? Un hombre tenía dos hijos; fue a buscar al primero y le dijo: "Hijo, ve hoy a trabajar a la viña". Mas éste respondió y dijo: "Voy, Señor", y no fue. Después fue a buscar al segundo, y le dijo lo mismo. Este contestó y dijo: "No quiero", pero después se arrepintió y fue. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre?" Respondieron: "El último". Entonces, Jesús les dijo: "En verdad, les digo, los publicanos y las rameras entrarán en el Reino de Dios antes que ustedes. Porque vino Juan a ustedes, andando en camino de justicia, y ustedes no le creyeron, mientras que los publicanos y las rameras le creyeron. Ahora bien, ni siquiera después de haber visto esto, se arrepienten, para creerle".

LEER. Jesús pide la opinión de sus discípulos y de esta manera les invita a reflexionar. Hay quienes dicen buscar la verdad y cumplir los mandamientos, pero se engañan y pretenden engañar a los demás, porque incluso, conscientemente no la cumplen. Otros, se declaran irreverentes a la norma y a la Ley e incluso lo pueden decir con sus palabras, pero a la hora de la prueba, quizá incluso inconscientemente, guiados por la razón, actúan conforme al plan de Dios. Jesús cuestiona a su audiencia, nos cuestiona a todos, a ti y a mí, porque quiere que libre y conscientemente hagamos la voluntad de Dios, sirvamos a los demás, seamos felices, alcancemos la santidad y la Vida Eterna. Con su encarnación y su vida, nadie puede decir que no sabe cómo vivir para hacer la voluntad de Dios, la clave son el amor, la verdad, la libertad, la justicia, que conllevan al perdón y a la solidaridad y construyen la paz y el desarrollo común.

MEDITAR: Jesús quiere que libre y conscientemente le sigamos, y que coherentemente, unamos ideales, palabras y acciones en la consecución del mayor bien posible para ser felices y hacer este mundo mejor. Jesús nos invita a evitar dos extremos (a) decir que creemos y vivir actuando sin fe e incluso contrario a ella y (b) no dimensionar, con la fe, el bien que hacemos. Para evitar estos extremos, el amor a Dios y al prójimo, han de estar en el centro de nuestro pensar, decir y actuar. Jesús es el parámetro a seguir.

San Agustín afirma “nos has creado para Ti Señor, y nuestro corazón no descansa hasta que se encuentra contigo” y él mismo afirma que el hombre busca siempre el bien, aunque, en ocasiones, nublada su razón, objetivamente actúe de manera equivocada, porque su razón lo llevó a actuar mal, aunque lo que pretendía era un bien. Por ejemplo, aquel que pretendiendo asegurar un bien, sin consultar a nadie, cierra su calle y hace que los demás tengan que caminar más. Evitar el paso por su casa, puede ser bueno para lo que pretende, pero al no buscar el bien común y no tomar una decisión consensuada genera un mal. Ciertamente hay muchos más ejemplos e incluso muchas acciones, que incuestionablemente, de cualquier forma manifiestan el mal, como son: los asesinatos, los abortos, las guerras, etc.

Por otro lado, también hay personas que incluso en sus gestos y palabras parecen hoscas, pero en su actuar son profundamente amorosas o sensibles a las necesidades de los demás.

La vida de Jesús, sus enseñanzas y acciones, han de ser la luz que ilumine nuestro camino. Los 10 Mandamientos son una guía, que consolidan la Ley Natural (ver nota) y la subliman al ponernos en sintonía con el Plan de Amor de Dios. Por eso, ser coherentes en la fe, al tiempo que llevan a plenitud “nuestra humaneidad” al pleno desarrollo humano personal y comunitario, nos llevan a manifestar con nuestra alegría y santidad de vida, la presencia de Dios en nosotros y en medio de la humanidad entera.

ORAR: Señor, derrama la Gracia de tu Espíritu sobre mí e ilumina mi inteligencia y fortalece mi voluntad para que guiado por la razón e iluminado por la fe, sea coherente en mi pensar, decir y actuar, para que haciendo el mayor bien posible, sea feliz y colabore en la extensión de tu Reino de Amor.

CONTEMPLAR: Oponerme al bien o no hacerlo, impiden que yo, como persona y quienes me rodean, seamos felices, pues no sólo limita nuestro crecimiento sino que incluso puede ser causa de un estancamiento o retroceso en el desarrollo personal y comunitario.

Hacer el bien con desgano o casi inconscientemente me lleva a no poner lo mejor de mí en lo que hago, a no alcanzar el máximo en las metas propuestas y a no disfrutar plenamente de la vida.

Hacer las cosas sin las motivaciones de la fe, nos puede llevar a hacer cosas buenas e incluso ser hombres y mujeres de paz y de bien, pero aún esto no me lleva a alcanzar mi pleno desarrollo humano, ni a la felicidad máxima y mucho menos a la santidad.

Para el creyente, Jesús es el parámetro de su actuar, por eso: son sabios los pensamientos, las palabras y las acciones de quienes pretenden hacerlo todo por amor a Dios.

Dejar que Jesús sea el parámetro de mi vida y hacerlo todo por Él y para su Gloria, al tiempo que me lleva a buscar y encontrar lo mejor de mí mismo, me pone al servicio de los demás y en el camino de la santidad, como es el caso de muchos hombres y mujeres santos, entre otros, el de la Madre María Inés Teresa Arias, que será beatificada el 21 de abril del 2012, en la Basílica de Guadalupe. Ella se puso por encima de las limitaciones de ser una joven de una pequeña población mexicana, en tiempos de guerras y de persecución religiosa en nuestro país (nació en 1904, entró al convento en 1929), para salir a fundar un instituto misionero (1945) y enviar al Japón (1951) devastado por la II Guerra Mundial a religiosas, como semillas del amor de Dios por el mundo. Esta misionera mexicana sin fronteras, con pocos estudios humanos, pero con una fe inamovible y con un profundo amor a Dios y a sus hermanos, murió santamente en 1981, habiendo dejado, esparcidas en cuatro continentes, 36 comunidades misioneras y una familia misionera que día a día sigue creciendo. La clave de su “éxito”, “desarrollo humano pleno”, de su “felicidad” y santidad: amar a Dios y a sus hermanos, procurando en todo hacer conscientemente la voluntad de Dios.

ACTUAR: Hoy me comportaré como católico consciente y comprometido con Jesús. Hoy haré el mayor bien posible. Hoy procuraré hacer todo conscientemente para Gloria de Dios, para ello me ayudaré repitiendo algunas jaculatorias: “Jesús te amo”, “todo por amor a Ti Jesús”, “para Gloria de Dios”, “porque te amo”, “Todo por Jesús y María”, Jesús en Ti confío”, “por amor a Dios”, “por la salvación de las almas”, “por mi propia conversión”, “por la conversión de los pecadores”, etc.

Hoy es domingo, participaré en Misa, procuraré confesarme, compartiré con mi familia la fe.

Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero. Madre María Inés Teresa Arias.

Si deseas hacerme llegar algún comentario sobre este artículo, puedes escribirme a evangelizarorando@yahoo.com.mx

NOTA: La LEY NATURAL, está escrita en el corazón de cada ser humano y  nos lleva a reconocer que: (1) El hombre es un fin en sí mismo, (2) los humanos son racionales y (3) los humanos desean vivir y vivir lo mejor posible. Hay que vivir de acuerdo con cómo somos, de acuerdo con nuestra naturaleza humana. Si no lo hiciésemos así nos autodestruiríamos.

LOS 10 MANDAMIENTOS DE LA LEY DE DIOS, subliman la Ley Natural, pues al ponerlos en práctica, nos insertan en el camino de la santidad.